martes, 29 de diciembre de 2015

MINIMAX 1600R, LA PRIMERA AVIONETA EXPERIMENTAL CONSTRUIDA EN CAÑETE Y EN EL PERÚ

Un interesante artículo escrito por el colega Victor Hugo Junior y que quedó en el tercer lugar en el I Concurso Relatos de Mi Tierra en la Categoría Especial que organizó el Colectivo Ciudadano Cañete +
Víctor Hugo Cárdenas Torres, el primero del lado izquierda
mostrando con orgullo el premio obtenido de las manos del
Ing. Ángel Manero
Para el deleite de ustedes. Aquí el relato.
MINIMAX 1600R, LA PRIMERA AVIONETA EXPERIMENTAL CONSTRUIDA EN CAÑETE Y EN EL PERÚ
Por: Víctor Hugo Cárdenas Pachas
Algunos habrán visto surcar los cielos cañetanos una avioneta de color gris, pocos conocen que ese vehículo alado fue construido íntegramente en Cañete, toda una hazaña y logro de un amante de la adrenalina y los retos.
Ricardo Alayza de Losada, tres veces campeón de la competencia automovilística más importante del Perú “Caminos del Inca” -en su categoría- y una vez en la general al lado de Ricardo Flores; dejó la sensación de volar con su carro por las pistas, para volar de verdad por los aires, conduciendo su propia avioneta, construida por él mismo.
En sus constantes viajes a Estados Unidos solía asistir a ferias de exposición de avionetas, despertando en él la curiosidad por manejar una de ellas. Aprendió a volar en San Bartolo-Lima y se compró una Minimax con la cual solía pasar momentos de relax. Sin embargo, vio que fabricar su propia avioneta no era difícil, ya en sus viajes a las ferias vio que muchos de los que volaban los habían construido ellos mismos.
Es así que decide construir su propia avioneta de planos. Encargó a una empresa norteamericana le vendan todo lo necesario para hacer realidad su sueño, su reto.
La empresa le envió los materiales de la avioneta para el armado: maderas, tela, acero, triplay, aluminio, fibra de vidrio, pernos de aviación así como 24 planos y 2 páginas de instrucciones.
Para la construcción tuvo que armar su propio taller y equiparlo con lo necesario. Al culminar las labores diarias en el fundo “Arona” en San Luís, ingresaba al taller para estudiar los planos y armar su avioneta. Tuvo que hacerlo, pieza por pieza, con paciencia, con dedicación, con buen humor ya que la tarea no era fácil, a veces tuvo que consultar a gente en el exterior que ya había construido avionetas para que lo orientaran cómo hacer para armar alguna pieza.
El trabajo se vio interrumpido con el terremoto del año 2007 y con algunos periodos de cortas vacaciones, pero el deseo de volar su propia avioneta seguía latente, fueron más de 1000 horas de trabajo donde tuvo que diseñar, armar, pegar, hasta darle forma a cada una de las piezas y estructuras.
Si bien tenía planos e instrucciones, utilizó su ingenio y sus conocimientos de Ingeniero Mecánico para que la avioneta pueda construirse. Luego de culminar toda la estructura colocó la hélice, el motor, instrumentos y toda la tecnología para hacerla volar, todo diseñado por él mismo.
Ya culminada la construcción, se realizaron una serie de chequeos  y pruebas de la avioneta tales como la potencia de motor, de estabilidad de la nave, de regulación de hélice, controles de vuelo, calibración de instrumentos, ensayos de carreteo en pista   entre muchas otras pruebas para asegurar el éxito del primer vuelo.
Una vez pasada todas las pruebas, construyó su propio hangar y su pista de vuelo. El momento esperado llegaba, es así que en noviembre del año 2011 (hace 4 años exactamente) esa avioneta de madera y  tela construida con sus propias manos comenzó a volar por primera vez.
Un pequeño zorro que pasaba por el lugar, detuvo su paso y fue testigo de excepción de este sublime momento, que a la vez era histórico ya que nunca antes una avioneta construida en tierras cañetanas había surcado por sus cielos.
Ricardo Alayza no se vanagloria por lo hecho y más bien reclama por qué no hay actividad de construir aviones ligeros en nuestro país, ya que en países como Chile, Argentina o Brasil es común.
El día que inauguró su hangar y su pista de vuelo, llegaron 12 avionetas desde Lima para ser parte de este momento especial.
“la satisfacción de volar algo que tú mismo lo hiciste, no tiene precio”, nos revela, añadiendo que el mayor mérito es haberlo hecho solo, sin apoyo de nadie, ya que este logro fue posible gracias a su propia inversión.
Viajar a 130 km/h, a 600 metros de altura, tomando fotos del valle, disfrutando del placer de volar, lo convierte en un pasatiempo sin igual. Cuando un amigo de “Compradores” en Imperial, lo llama para tomar desayuno y charlar, él se monta en su avioneta y en cinco minutos llega a la cita.
Actualmente su avioneta MINIMAX 1600 R ya suma 60 horas de vuelo y sus hazañas las puede ver cualquiera en su canal de youtube RAL1951, donde ha colgado 28 vídeos, que superan las 20 mil visitas.
Pero si como esto pareciera poco, Ricardo se ha trazado una nueva meta: construir otra avioneta, pero para dos personas. “ya hice lo más difícil, demostré que sí puedo y lo haré”, dice muy seguro de sí. Y claro, ya lo demostró con creces.
El sueño de muchos en querer volar y dominar el cielo sí es posible, el sueño de sentirse libre y tomar el rumbo que queremos sí es posible. El mundo está hecho de sueños, como también de pesadillas, pero este hombre aspiró y se inspiró como tantos otros arriesgados, soñadores, fantasiosos, pero que hicieron de su fuerza de voluntad y perseverancia una clara muestra que el hombre no tiene límites.
Ricardo Alayza de Losada, es descendiente del precursor peruano de la independencia: Hipólito Unanue. Un predestinado, sin que él quiera asumirlo, ya que al igual que Don Hipólito que dejó huella en la historia del Perú con sus actos de patriotismo que todos lo conocemos y reconocemos; Ricardo también, porque al construir y hacer volar una avioneta experimental, por primera vez en el Perú, ya ingresó a las páginas doradas de nuestra historia.

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