domingo, 28 de agosto de 2016

CHUQUIMANCO PRESENTE EN EL ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN ESPAÑOLA" DE CAÑETE

Antecedentes de la fundación de la "Villa de Santa María"  en la obra de El Valle del Huarco" de Luis Quispe Cama.
En las celebraciones del 460 aniversario de Cañete, bien vale rememorar los antecedentes de la fundación de la "Villa de Santa María", En los cien años de Imperial (1909), el escritor cañetano
Luis Quispe Cama, presentó su libro El Valle del Huarco, Estratagema Inca. Una publicación que nos remonta a unos 700 años aproximadamente donde los incas se enfrentaron en una tenaz batalla a los mancos para lograr la conquista, cuyo autor bautiza con la cultura de Los Mancos a los que poblaron la hoy provincia de Cañete.
Para profundizar un poco más sobre la publicación de esa obra literaria, bien merecería ser reproducida para el deleite de los presentes, muy en especial de los docentes y alumnos de las diferentes instituciones educativas de nuestra provincia y la región.
En aquella oportunidad conversamos con el autor, Luis Quispe Cama, quien nos detalló más ampliamente sobre los antecedentes de la fundación española y muy en especial sobre la presencia del mítico personaje, Chuquimanco.
¿Por qué El valle del Huarco?
Siempre se dice “la cultura huarco”. Pero, la realidad de los hechos nos demuestra que la determinación “huarco”, en lengua Aymara, es ahorcamiento y cuando los incas sometieron a los naturales de lo que es hoy el valle de Cañete, condenaron a todos los líderes, al huarco o sea a la horca.
Esta condena ocurre tras culminar el feroz enfrentamiento entre los incas y las civilizaciones de la parte baja.
Claro. Pero, las ejecuciones los realiza en diversos lugares del valle y luego los incas lo denominaron como El Valle del Huarco, es decir, el valle de los ahorcados, por lo que no se puede afirmar que es cultura Huarco sino la Cultura Manco, toda vez que por entonces dominaban ellos.
¿Por qué Estratagema Inca?
Los incas, conocedores de lo difícil que era penetrar bélicamente a los fuertes Mancos debido a la protección de un caudaloso río y una espesa jungla, obligaron a los yauyinos y chinchanos a formar una alianza y de ese modo catequizar a los Mancos. Sin embargo, la resistencia de los chaleros mancos, fue tan poderosa que la guerra se prolongó por más de cuatro años. Los cuzqueños, al entender la imposibilidad de penetrar, utilizaron una estrategia, es decir, el engaño y de esa manera conseguir su objetivo de conquista.
¿Y la Troya de América?
En cuanto a la Troya de América, creo que no escapa del conocimiento de usted que los troyanos fueron engañados con el caballo gigante y Troya fue destruido. Acá los Mancos fueron engañados con el desfile de las balsas en el mar de Cerro Azul, en honor a la Cochamama y cuando se realizaba el acto festivo, el ejército imperial ingresó y cometió una de las más grandes barbaries en la zona y reitero, conocida hasta hoy en día como “el valle de los ahorcados”.
Esta nueva obra, ¿es ficción, realmente existió o es una imaginación de Lucho Quispee?
El trabajo literario, “El Valle del Huarco”, está basado en hechos históricos reales del pasado preshispánico acontecido en el valle de Cañete. Pero, a ello agrego las tradiciones y, por lo tanto, hay ficción. En efecto es realidad ficcionada.
Se sabe que Los Mancos para enfrentarse a las huestes del Inca Pachacútec, tenían que tener un ejército de igual nivel o superior y de acuerdo a los cronistas, esto lo comandó Chuquimanco, ¿Qué nos puede decir de este personaje?
Los Mancos del valle del Huarco, siempre tuvieron enfrentamientos por el sur con los chinchanos y por el este con los yauyinos. En esa escaramuza, surge un comandante que con su arma, la lanza, combatió todo los intentos de penetración del enemigo al territorio de los Mancos y en efecto, este Gran Lanza, llegó a tomar el poder de los Mancos como Chuquimanco o gran lanza y se enfrentó de igual a igual al poderoso ejército del Inca Pachacútec, quien era gobernante del imperial, por ese entonces.
En los últimos días se han escuchado diversos comentarios sobre Chuquimanco, incluso – algunos desentendidos – ponen en tela juicio su existencia. ¿Qué dice usted al respecto?.
La existencia de ese gran líder que combatió contra los incas, es tan luminosa como la luz del sol de estío y, por lo tanto, los cañetanos debemos sentirnos orgullosos de ese gran combatiente que defendió este valle, hoy suelo cañetano.
Se habla de que Chuquimanco perteneció a un señorío de Cajamarca ¿Qué responde a ello?.
Es innegable, la existencia de otros “gran lanza”. Chuquimanco en el antiguo Perú o sea otro comandante que destacó con el apelativo de gran lanza. En efecto Waldemar Espinoza Soriano en su libro “Los Incas” anota la existencia de otro Chuquimanco en Cajamarca.
Lo mismo se dice de los chinchas ¿Qué papel desempeñaron en la guerra Mancos – Incas?
Los incas en su primera empresa conquistadora por la yunga central (costa), encabezado por el general Túpac Inca Yupanui, sometieron a los chinchas pidiéndoles información sobre Los Mancos, siendo la respuesta que debían de tener mucho cuidado porque los del norte, eran muy guerreros. De acuerdo a esa información, los incas desistieron de atacar de sur a norte y cambiar su estrategia de este a oeste, obligando a los chinchanos a participar en la conquista de Los Mancos.
DRAMA EN TODAS SUS OBRAS
Sus obras siempre han sido de género dramático y esta novela lo mismo ¿Por qué usted siempre utiliza mucho ese género?
Esa pregunta me hace regresar en el tiempo, a esos momentos más doloroso de mi familia y el mío, al conocer el deceso de mi hija Carocha, aquella noche del 12 de noviembre del año 1986.
¿Qué pasó?
En los últimos días de su existencia, Carocha luchaba contra el dolor y sufrimiento por mantenerse en este mundo. Al verla en ese estado, me punzaba el corazón y sentí un dolor fuerte, lloré como un niño su desaparición. Y en aquél día siguiente, en que me acerqué al sanatorio para retirar sus restos y al ver a mi hija sin vida, se me oscureció el corazón como cuando los ojos miran al sol, se me enfermó el alma al sentir su silencio eterno. Ella estaba blanca, pálida como la luna, yo quedé mudo absorto, como en presencia de una divinidad. Ese momento de dolor estará grabado en mi conciencia hasta el último instante de mi existencia. Es esa la causa que mis obras son dramáticas.
¿Qué significa para usted Ungará?
Todos los que hemos nacido en esta tierra cañetana, debemos sentirnos orgulloso de esa pirámide trunca, de ese santuario de héroes, que nos dejaron un ejemplo de valores patrios, con su sangre derramada en defensa de nuestra soberanía, tal como lo hizo Chuquimanco y sus guerreros en contra de los incas y José Gutiérrez ante el ejército invasor chileno en la época republicana.
Wilfredo Cayllahua.

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