En pleno recital de poesía programaron un “bingo de mierda”
“¡Bingo!”, es el
pregón de “nuestra” alcaldesa provincial, su desorbitado Jefe de Imagen, un
miserable gerente, sus inútiles subgerentes, los funcionarios públicos más
franeleros y toda la portátil lisonjera que —con tal de seguir ganándose los
frejoles con el asistencialismo y unas cuantas monedas extras a cambio de
encubrir y blindar la sobrevaluación— exigían a los poetas y demás artistas
detener el evento cultural (en ese momento la ronda de recitales) para que el
juego usurero pueda continuar sin interrupciones y así logren recaudar fondos
en favor —dicen ellos— de los niños más pobres de Cañete que en esta navidad
nuevamente esperan recibir de obsequio una pelota de plástico barata y tóxica,
como las que ha regalado cada fin de año nuestra primera autoridad edil y toda
su rara estirpe, marketeándose con la necesidad ajena y mostrando su
sobreactuada e hipócrita caridad hacia el prójimo, la que consiste en mirar las
caras para entregar los tickets, escoger a los más menesterosos y humildes
—según su criterio comodín— y hacerlos acreedores de las miserias envueltas en
papel de regalo donde aparece impreso el cliché de la reelección: “Cañete
progresa contigo”.
“¡Hemos encontrado en el bingo el pretexto perfecto para boicotear el Festival Cultural en los Extramuros del Mundo, organizado por esos odiosos del Colectivo Sur-real!”, publican en voz alta todas esas bestias que integran la simbiosis municipal: farsantes, carroñeros e incapaces de organizar sus propias vidas y gobernar la provincia nuestra.
Veinte metros de distancia eran los que separaban un escenario del otro. Sé que parecerá indignante, pero el bingo competía contra los Extramuros del Mundo, la usura competía contra la cultura. Dos equipos de sonido sonaban a todo volumen en simultáneo. Mientras que los poetas exponían sus versos, un animador contratado por la MPC indicaba, dictaba y repetía dos o tres veces los números del sorteo: B-12, I-27, N-41, G-58, O-63, etc, etc. De lejos, esa gente con cartón en mano, lanzaban pifias a los artistas que llegaron de diversas partes del país sin cobrar un centavo.
“¡Hemos encontrado en el bingo el pretexto perfecto para boicotear el Festival Cultural en los Extramuros del Mundo, organizado por esos odiosos del Colectivo Sur-real!”, publican en voz alta todas esas bestias que integran la simbiosis municipal: farsantes, carroñeros e incapaces de organizar sus propias vidas y gobernar la provincia nuestra.
Veinte metros de distancia eran los que separaban un escenario del otro. Sé que parecerá indignante, pero el bingo competía contra los Extramuros del Mundo, la usura competía contra la cultura. Dos equipos de sonido sonaban a todo volumen en simultáneo. Mientras que los poetas exponían sus versos, un animador contratado por la MPC indicaba, dictaba y repetía dos o tres veces los números del sorteo: B-12, I-27, N-41, G-58, O-63, etc, etc. De lejos, esa gente con cartón en mano, lanzaban pifias a los artistas que llegaron de diversas partes del país sin cobrar un centavo.
No tuvimos otra opción más que coger el micrófono y refregarles a esas
gentes sus verdades en la cara, públicamente, delante de todos los asistentes y
la ciudadanía en general que transitaba por la plaza de armas de San Vicente de
Cañete.
“Alcaldesa, esto es tan indignante que no hay espacio para el respeto.
Usted es una vergüenza como gobernante. Es una vergüenza para la provincia de
Cañete. Siendo usted una profesora, trata por todos los medios posibles de
arruinar un evento cultural que busca exponer el arte y educar a la población.
Sí, quizá ahora tenga el control del poder municipal, quizá tenga
manipulada a gente que vive de usted, pero jamás tendrá el control de nuestras
mentes, de nuestras ideas, de nuestra manera de pensar, de nuestro intelecto,
de nuestra forma de vivir: libres.
Sí, seguramente continuará ganándose la plata, pero será con el sudor de
vuestra pereza”.
Pocas son las veces (casi nunca) en que personajes de renombre en la poesía, la literatura y las artes plásticas, pisan territorio cañetano para juntos demostrar que el arte sirve para curar las heridas por donde desangra nuestro pueblo, un pueblo sumido en la ignorancia, la indiferencia y el abuso del poder; un pueblo gobernado por una educadora a quien le quedó grande la denominación de “la última reserva moral”. Sí, por una educadora, por más absurdo y paradójico que parezca.
A pesar de todos los inconvenientes y piedras en el camino (tenemos material audiovisual que prueban lo afirmado y que entregaremos a la prensa), el Festival Cultural se realizó con éxito, y a pesar de la mala impresión que dieron los infelices gobernantes, nuestros artistas se fueron contentos y agradecidos con el trabajo realizado por la Asociación Cultural Colectivo Sur-real.(Guillermo Peña).
Pocas son las veces (casi nunca) en que personajes de renombre en la poesía, la literatura y las artes plásticas, pisan territorio cañetano para juntos demostrar que el arte sirve para curar las heridas por donde desangra nuestro pueblo, un pueblo sumido en la ignorancia, la indiferencia y el abuso del poder; un pueblo gobernado por una educadora a quien le quedó grande la denominación de “la última reserva moral”. Sí, por una educadora, por más absurdo y paradójico que parezca.
A pesar de todos los inconvenientes y piedras en el camino (tenemos material audiovisual que prueban lo afirmado y que entregaremos a la prensa), el Festival Cultural se realizó con éxito, y a pesar de la mala impresión que dieron los infelices gobernantes, nuestros artistas se fueron contentos y agradecidos con el trabajo realizado por la Asociación Cultural Colectivo Sur-real.(Guillermo Peña).
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