Enquistados grupos de "poder" manejan el nosocomio, sin importarles la salud de los asegurados
A pesar que el régimen de
Ollanta Humala, pone el esfuerzo para mejorar la salud en nuestro país,
lamentablemente los órganos ejecutores, no ponen de su parte para llegar a la
calidad de atención que requiere el asegurado.
Una muestra clara es lo que sucede en la Clínica Es Salud – Cañete donde el
problema del asegurado es el pan de cada día, dado a la falta de una política
directriz firme para cumplir con las metas trazadas.
A pesar que existe un diagnóstico situacional de la
Clínica Es Salud – Cañete, los mandamases poco o nada hacen para mejorar la
atención del asegurado, por los intereses de grupo que existe a su interior.
Que, muchos pacientes se quedan si la atención, porque no
alcanzan a una cita o que el médico de turno llegó fuera o se ausentó, sigue siendo
la comidilla en los pasillos de Es Salud.
La falta de galenos, evaluaciones apresuradas o la indiferencia de
algunos profesionales con los pacientes, son otro de los problemas del cual
padecen los asegurados cañetanos.
Lamentablemente, el asegurado tiene que estar sometido y
subestimado por los grupos existentes al interior, so pretexto, que tienen el
poder del nosocomio.
Es decir, la atención a la población asegurada, se ve
condicionada por estos “grupos que controla el hospital, lejos de la ética, apelando al lucro profesional o estar
expectante para ocupar un alto cargo jerárquico.
A esto se agrega el caos y desorden organizacional y
funcional en los servicios hospitalarios y consultas externas, con jefaturas
inoperantes y complacientes que no tienen el más mínimo interés de corregir.
Aquí se remarca el incumplimiento de los horarios de
trabajo, exceso de horas muertas y demasiado gasto en horas extras parcialmente
trabajadas por los servidores de la salud.
La situación en Es Salud, se torna peor cuando los grupos de poder hacen espíritu de cuerpo,
para mantener puestos y privilegios, obteniendo dividendos a su favor.
Se resisten a los cambios o amenazan con remover a los
jefes, funcionarios o directores, siempre y cuando les pretendan vulnerar sus
privilegios. En otras palabras, son inamovibles.
Los abandonos de puestos de trabajo, se dan en forma
constante que a pesar que se recurre a los altoparlantes para que acudan a su
puesto de trabajo, se hacen los que no escuchan, demostrando irresponsabilidad
en su profesión. (Continuará)
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