Se pasó regalando juguetitos en algunos sectores y se olvidó de la clase obrera que tanto pregonó apoyarlo
“Primero serán mis obreros, luego mis trabajadores y funcionarios de confianza; por último seré yo quien cobre mis honorarios”, fueron algunas de las tantas frases que acuñó en su campaña electoral la hoy alcaldesa de la Municipalidad Provincial de Cañete, María Montoya Conde.
Sin embargo, por vez primera en la historia de la comuna, los trabajadores ediles se quedaron sin su aguinaldo navideño que por ley le corresponde recibir antes de la quincena de diciembre, motivándoles una serie de cuestionamientos.
En un primer momento le dijeron que se posponía para el día 20… Y nada. Luego para el día 22… y tampoco. Por último, le manifestaron que percibirían el 24, por lo tanto, deberían hacer un “sacrificio” trabajando la víspera para captar ingresos y luego cancelarlos.
Ya estamos 27 y los trabajadores, aún no perciben sus aguinaldos, aunque algunos no pierden las esperanzas que se pueda hacer realidad antes del fin de año, mientras que otros señalan que en la “gestión de María Montoya, cualquier cosa puede pasar”.
Son muchas las interrogantes que se escuchan en los pasillos del Palacio Municipal del por qué la gestión de María Montoya no ha solucionado los haberes económicos de los trabajadores, concluyendo en una sola palabra: “incapacidad”.
Los obreros que a diario limpian la ciudad, a pesar que no cuentan con las indumentarias respectivas, menos con la logística requerida, son los más perjudicados ante esta deficiencia edil, y no le faltan razón de hacerle un plantón en cualquier momento.
A pesar que el presupuesto que recibe María Montoya, es superior a la gestión anterior, sin embargo, pareciera que sus cuestionados funcionarios de confianza (Cuenca, Palma y Cubillas), más se dedican a “maquillar” la alicaída imagen de María Montoya.
Se sabe que los municipios anualmente presupuestan su economía para cumplir con los gastos de los diversos rubros, no sólo hacer caja en forma desesperada para cancelar a los proveedores, sino primordialmente con sus trabajadores.
La alcaldesa María Montoya, debe saber que el aguinaldo no es un regalo de Navidad del patrón, ni una cantidad de dinero que se tenga que recompensar con mayor número de horas de trabajo o una condición para no gozar de vacaciones debidamente pagadas.
Es un derecho irrenunciable, que se tiene independientemente del tiempo que se haya laborado, y de que haya o no de por medio un contrato individual firmado; este derecho está fundamentado en nuestras leyes. (Wilfredo Cayllahua).
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