Una elección con votantes "golondrinos" no tiene el reflejo de la democracia
Escribe, Cleto Aguado Gutiérrez
Cuando el 05 de octubre del acto cívico –
electoral en la ciudad cercado de Yauyos y otros distritos se hubiera
desarrollado hasta su final con normalidad y participación de legítimos
ciudadanos yauyinos, nadie sería capaz de entorpecer o empañar el evento con
actos punibles y adversos al objetivo, el bienestar y auge del pueblo.
Pero, esta tranquilidad inicial conforme
transcurrían las horas se tornaba impaciente por la presencia masiva de
“electores golondrinos” asalariados y con la aparente aceptación del personal
del JEE, gente foránea que habrían arribado al ámbito provincial de
Yauyos, más de cuatro mil distribuidos casi en todos los 33 distritos de
Yauyos, contratadas por los alcaldes reeleccionistas y los candidatos al cargo
de Alcalde, y fraguar de esta manera con sus votos ficticios la voluntad
popular legítima del pueblo yauyino.
Ante esta farsa electoral flagrante, que
nadie la detiene ni la sanciona, es lógico y natural la reacción y el derecho
de expresar su rechazo y protesta en forma colectiva, contagiados por el
calor partidarista y la dignidad ciudadana que se ha extendido a las calles y
terminó en violencia electoral con daños materiales.
Esta patraña electoral inició su actividad en
Yauyos en la época del fujimorismo en 1990 cuando compraba a los congresistas
tránsfugas para contar en su Dictadura con la mayoría Parlamentaria.
También empezó el desplazamiento de los
“golondrinos” para la votación municipal complementaria en el lejano distrito
de Cochas en No – Oeste de Yauyos.
Desde entonces cada cuatro años de sufragio
popular se incrementa ilimitadamente “los golondrinos” hacia los distintos
distritos de Yauyos.
Toda esta manipulación dolosa es de
conocimiento del Jurado Nacional de Elecciones, incluso los propios “otorongos”
del Congreso, y existe una norma penal aplicable para tan engorrosa y
dilatada en su trámite que al final no sanciona a nadie.
Por estos hechos similares suscitados en los
distritos de Huangáscar, Colonia, Alis, Cacra, Huantán y el cercado de Yauyos,
rechazamos la magnitud de los daños ocasionados que no es solamente la
exaltación del ánimo de los candidatos perdedores conforme afirma algunos
“pseudo - periodistas”, sino que es la acción colectiva de la comunidad de
defensa y respeto a sus derechos y por esta causa serían procesados penalmente.
Una elección con disturbios, violencia y
presencia fehaciente de “votantes golondrinos”, no tiene la validez ni la
pureza de sufragio democrático; por lo que exige la nulidad de las elecciones.
Si pregonamos la vida democrática debemos
entender, “la democracia es respetar la dignidad y derecho de las personas,
defender la igual para todos, hacer valer la ley, valorar el bien común,
practicar la tolerancia y enfrentar solidariamente la pobreza y la corrupción”.
Igualmente, vemos en muchos pueblos, “si no
hay respeto sagrado por la patria, por las leyes y sus autoridades, la sociedad
es una confusión, un abismo y conflicto”.
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