Fritz Du Bois,La opinión del director director@peru21.com
Luego, el incidente del Parque del Amor, en
el cual agentes encubiertos fueron descubiertos haciendo seguimiento a
críticos que están muy bien informados.
Ahora tenemos la relación de 43 oficiales y
subalternos de Inteligencia que están bajo las órdenes del viceministro
del Interior. ¿Qué hacen en ese despacho político expertos en
telecomunicaciones e informática y hasta un francotirador? Con ellos, el
equipo de reglaje y ‘chuponeo’ a la oposición ha quedado confirmado.
Sin embargo, en todo el tiempo en el cual esa
sospecha se viene abiertamente discutiendo el Congreso, responsable de
fiscalizar al servicio de Inteligencia, no hizo mayor esfuerzo para
investigarlo. Ya sabemos el motivo por el cual el oficialismo se aseguró
de presidir la comisión encargada de esa función. Son cómplices en esta
oscura operación.
¿Qué se debe hacer entonces para proteger a
los opositores de Humala del aparato de seguridad del Estado? En
realidad, al haber renunciado el Parlamento a cumplir con su obligación,
solo queda esperar que tanto el Defensor del Pueblo como la Fiscalía de
la Nación tomen cartas en el asunto para intentar proteger el derecho a
la privacidad de los ciudadanos.
Por otro lado, alguien a cargo tiene que
responder por esta acusación. Ya no se trata solo del aumento de la
inseguridad ciudadana, ahora tenemos la utilización con fines
partidarios de la estructura del estado. Más aun, el malgastar recursos
públicos formando una Gestapo en Limatambo para seguir a miembros de la
oposición es, al menos, caer en el delito de malversación. Sin duda, el
ministro del Interior tiene los días contados.
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